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Solsticio de Verano, todo lo que necesitas saber

Virgilio Lopez Duarte 28 abril, 2020

Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha mirado con fascinación al cielo en busca de respuestas, de conocimiento, de inspiración, de una guía para entender lo que ocurría aquí abajo… Los astros, en especial el Sol y la Luna, se convirtieron en auténticos dioses, dadores de vida, luz y calor, que iban y venían cada jornada y en cada estación. Aun sin entender del todo aquellos movimientos, nuestros antepasados ya levantaron toda una mitología acerca de esos fenómenos celestes, guiando su propio calendario, su forma de medir el tiempo, en base a aquellos astros. Cada jornada iba de sol a sol, y cada estación se alargaba hasta que la posición del mismo cambiaba de forma drástica. Y así surgieron los equinoccios y los solsticios, para cambiar entre estaciones, para determinar el final de una época y el principio de otra.

La importancia de estas fechas era tal que en la antigüedad se celebraran grandes fiestas en aquellos momentos. Cuando el calendario se decidía en consonancia con la posición del Sol, y se creaban enormes construcciones que servían precisamente para medir el tiempo que pasaba, como antiguos calendarios que hoy en día nos parecen fascinantes y que debieron ser casi magia en su momento. Uno de los puntos más importantes del año era el de la plenitud solar, aquel instante en el que el astro rey se colocaba más alto y por más tiempo. Era el solsticio de verano, una festividad que sigue siendo hoy en día muy popular, tomando la referencia de aquellas viajes tradiciones paganas que en parte han perdurado durante siglos.

Qué es un solsticio de verano

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Se trata del momento en el que el semieje de la Tierra obtiene su máxima inclinación en relación al Sol, la estrella más importante de su sistema solar. Es el punto en el que más horas de luz podemos disfrutar, gracias a esa posición tan especial que se genera no solo por el movimiento de rotación, sino también por el de traslación, marcándose dos veces al año, una en el hemisferio norte, en junio, y otra en el hemisferio sur, en diciembre. Como ya sabemos, las estaciones se alternan de forma distinta en uno y otro hemisferio, aunque habitualmente, la presencia de países más importantes en el hemisferio norte ha hecho que la fecha “oficial” para el solsticio de verano se marque entre el 20 y el 22 de junio, momento en el que las horas de luz llegan a su plenitud en esta zona del planeta, dando comienzo también a la estación veraniega, de ahí su nombre.

Solsticio de verano en Stonhenge

Cuando hablábamos al principio de la fascinación que los seres humanos sentían por los astros, apuntábamos que incluso había lugares que servían de calendarios, para medir el tiempo según la posición del sol y demás. Eran muy rudimentarios pero permitieron, entre otras cosas, desarrollar la agricultura y empezar a entender el concepto de tiempo y estaciones. Uno de los lugares más emblemáticos en este sentido es Stonhenge, el misterioso promontorio cercano a Londres, en el que se han descubierto varios monolitos megalíticos cuya función todavía es dudosa, aunque muchos apuntan precisamente a que sirviera como rudimentario calendario solar. Podría ser también un lugar de culto y ritos en tiempos antiguos, sabiéndose que el momento del solsticio de verano era uno de los más importantes en este sentido, una festividad que marcaba un punto imprescindible en la vida de nuestros antepasados.

Rituales en del Solsticio de verano

Aquello nos ha llegado, en cierta forma, como un punto importante en nuestro calendario. Alejados ya de toda parafernalia supersticiosa y entregados por completo a la ciencia para explicar cualquier fenómeno, sigue habiendo fechas que marcan todavía un punto de inflexión en nuestra manera de entender el mundo y la fascinación que los astros nos siguen provocando. El solsticio de verano es una de las fechas más mágicas del año, y lo sigue siendo en todo el Hemisferio Norte, cuando a finales de junio se celebra con numerosos rituales. Los pueblos del norte de Europa recuerdan aquellas tradiciones paganas casi perdidas, con fiestas y celebraciones, y en buena parte del planeta se celebra también la Noche de San Juan, la del 24 de junio, considerada por muchos la fecha más especial y mágica del año.

Midsommar en Suecia

Con diferentes nombres y significado, la festividad del 23 al 24 de junio se celebra en muchos lugares del mundo. En el norte de Europa, en los países más cercanos al Ártico, en ese momento se llega casi a la plena luz del sol durante todo el día, con efectos como el Sol de Medianoche, cuando apenas hay unas pocas horas de oscuridad en la madrugada, y no de oscuridad total. Diversos festivales se celebran en países como Noruega y Suecia, siendo el festival de Midsommar uno de los más importantes del año, especialmente en territorio sueco. Se trata de una festividad que ahonda en las raíces paganas y naturalistas del pueblo de Suecia, donde se canta, se bebe y se baila en comunidad, y se recogen flores para ponerlas debajo de la almohada y soñar con la persona a la que uno ama.

La película de Ari Aster

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La tradición del festival de Midsommar ha conseguido muchísima popularidad en los últimos años gracias a la película del director estadounidense Ari Aster, en la que refleja, a su retorcida y oscura manera, la celebración de estos ritos dentro de una comunidad que lleva eso de las antiguas tradiciones demasiado lejos. La película nos muestra a un grupo de jóvenes americanos que llegan a un pueblo del norte de Suecia, invitados por un compañero que es de allí, y que son testigos de cómo esa comunidad sigue realizando todos los rituales del Midsommar de la misma forma en la que lo hacían sus antepasados… sacrificios incluidos. Una película intensa, no apta para todos los públicos, y con una fotografía espectacular.