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Oiran y Geishas, diferencias entre las mujeres japonesas

Virgilio Lopez Duarte 31 agosto, 2022

En 2005 de estrenó la película Memorias de una Geisha, basada en el best seller de Arthur Golden, y dirigida por Rob Marshall. Una película que logró, por su belleza y su profunda historia, marcar a todo la audiencia. Con la producción de Steven Spielberg y su empresa Amblin, sello de calidad en el mundo del cine, la película logró convertirse en un éxito de taquilla. También abrió mucho la visión del blockbuster de Hollywood a la hora de contar historias que no estuvieran centradas únicamente en personajes occidentales. El exotismo de la fotografía de esta película, filmada en varias localizaciones de Kioto, fue uno de sus puntos fuertes, así como la banda sonora de John Williams. La historia nos habla de Chiyo, una joven niña que se convierte en Geisha gracias a su atractivo, pero que debe luchar por mantener su propia independencia. Un drama histórico en el que se nos presenta, con bastante verosimilitud, la vida de una de estas mujeres japonesas.

Las geishas siempre han sido muy populares en el país nipón, donde todavía siguen existiendo muchas de ellas. Su popularidad también ha saltado a Occidente a través de productos como los mangas o los animes, donde han aparecido en numerosas ocasiones. Su indumentaria, sus peinados y maquillajes, llaman mucho la atención y permiten detectarlas fácilmente en cualquier producto audiovisual. Sin embargo, hay un gran error en torno a las geishas, y es que muchos todavía piensan que son prostitutas de lujo que trabajan para complacer a los hombres. Esto se debe a que su trabajo siempre se realiza en lugares privados donde la mayoría de clientes son masculinos. Y también al hecho de que su belleza es muy destacable, y suelen presentarse muy maquilladas y con peinados elaborados. Sin embargo, las geishas no tienen contacto sexual con los clientes, o al menos ese no es el trabajo que deben realizar. Para eso están las Oiran, mujeres que se dedican precisamente al trabajo sexual, aunque tampoco como simples prostitutas. Son cortesanas, amantes de lujo provistas de muchos recursos para complacer a los hombres más adinerados. Aquí te vamos a presentar las diferencias entre geishas y oirán, para que no caigas en confusión.

Un país donde la sensualidad es un arte

Antes de entrar en materia, lo mejor es poner un poco de contexto y hablar sobre cómo se entiende la sexualidad en Japón. El país asiático tiene una doble moral bastante hipócrita con este y con otros muchos otros temas. El sexo sigue siendo un gran tabú en el país del Sol Naciente, incluyendo también la prostitución, por supuesto. Sin embargo, los japoneses consumen mucho porno y contenido sexual, hasta el punto de inventar el hentai, dibujos animados muy explícitos que, increíblemente, aparecen censurados en este país. La sensualidad, sin embargo, se convierte en un arte mucho más sutil y entendible. La seducción, el cortejo, están ligados a ciertos ritos y tradiciones, al menos en la manera habitual. Las mujeres japonesas son muy tímidas y casi nunca dan el primer paso, por eso debe ser el hombre el que se atreva. Así, cualquier mujer que destaca un poco por su sensualidad ya llama mucho la atención.

Las geishas y su popularidad

Las geishas con, antes que cualquier otra cosa, artistas que han sido educadas para entretener a los clientes en reuniones y banquetes. Tienen conocimientos sobre música, arte y danza, y también son muy buenas conversadoras. Su papel en este tipo de reuniones y celebraciones es el mismo que el de los antiguos juglares, entretener con canciones e historias a los allí presentes. Destacan, además de por su talento artístico, por su belleza, aunque este punto no es tan importante en realidad. La tradición de las geishas viene desde siglos atrás, y aunque fueron muy populares en los siglos XVIII y XIX, lo cierto es que ahora ya no existen tantas. La modernidad ha llegado a Japón con otro tipo de entretenimientos. Sin embargo, las geishas todavía siguen siendo artistas tradicionales, y muchos contratan sus servicios.

La popularidad de estas artistas deviene en su aparición en numerosos mangas, animes y películas de temática japonesa. Su aspecto, con la cara totalmente maquilada de blanco y con un peinado muy especial, hacen de ellas mujeres muy llamativas. El hecho de que compartieran espacio con otras geishas, y que trabajaran normalmente para los hombres, también provocó que muchos las confundieran con prostitutas. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La relación entre la geisha y el cliente es meramente contractual, y aunque algunas de ellas puedan trabajar para un mismo cliente durante mucho tiempo, lo natural es que desarrollen su trabajo para distintos grupos de personas. Suelen ser chicas humildes que han sido adiestradas desde muy jóvenes para convertirse en geishas, sacando partido a su potencial y a sus habilidades.

Oiran, trabajadoras sexuales

Por su parte, la Oiran son mujeres que se dedican a dar placer sexual y compañía a los hombres pudientes. Más que prostitutas, se las considera como cortesanas con mucha experiencia y un talento inusitado en las artes amatorias. También tienen una tradición de siglos en un país donde la prostitución se tiene como algo vulgar, a no ser que sea a través de los servicios de una de estas mujeres. Son las encargadas de complacer a los clientes más adinerados, y es que ellas mismas pueden escoger con quien se van y a quien prestan servicios. De esa manera, las oiran tienen un mayor poder de decisión que las propias Geishas, al menos para escoger con quien trabajan.

Son mujeres que destacan por su belleza y su trato exquisito. Al igual que las geishas, están estrenadas en las artes de la conversación y la compañía, ofreciendo siempre los mejores servicios a sus clientes. Su alto rango les permite también contar con criadas y ayudantes, que les facilitan mucho la vida. De igual manera que ocurre con las Geishas, estas mujeres también se maquillan de una forma muy llamativa, provocando también que muchas veces haya confusiones entre ambas. Sin embargo, las geishas suelen llevar looks algo más discretos, ya que su último cometido no es resaltar su belleza. En cambio, la Oiran si que se preparan maquillajes y peinados mucho más elaborados, gracias también a la ayuda de su séquito, compuesto por jóvenes y hombres que las acompañan en todo momento.

Cómo diferenciarlas

Las confusiones entre ambos tipos de mujeres son comunes, especialmente fuera de Japón. A veces, la popularidad de las geishas ha jugado en su contra, percibiéndolas en ocasiones como prostitutas algo más tímidas, que ofrecían otros servicios además de los sexuales. Sin embargo, las únicas que ofrecen este tipo de placeres son las oiran. Ya no quedan muchas en Japón, ni de las unas ni de las otras, pero todavía se pueden encontrar para disfrutar de esos servicios. Las geishas tienen cualidades artísticas más destacadas, y suelen llevar modelos algo más modestos y no tan llamativos. Las oiran siempre suelen ir acompañadas por su séquito, en el que se incluyen jovencitas con vestidos rojos. Esta puede ser una buena de encontrar a una oiran por la calle, sobre todo si estás en el barrio del placer de cualquier ciudad japonesa.